Cuando
saltaron las dos tortugas cayeron y murieron. Al rato, apareció un gato y cogió
una de las tortugas. Más tarde llego un perro y se llevo la tortuga. Después de
llevarse la tortuga, el perro pensó en enterrarla en el jardín y así hizo.
Finalmente, el dueño encontró la tortuga enterrada y se echo a llorar.
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