Aunque os parezca muy cursi, lo que realmente me ha cambiado la vida ha sido
entrar el el equipo de Orvina de fútbol sala femenino. Empezé muy tímida y
pensé que no conseguiría nunca encajar, pero me han aceptado y acogido tal y
como soy. Ahora, Orvina es como una segunda familia para mí. Aparte de
conseguir aprender a jugar mucho mejor de portera, también he conseguido
amigas para toda la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario