PRINCIPIO DE UNA NOVELA DE TERROR.
Era una
noche de invierno, en una callejón yacía una mujer blanca, de no más de veinte
años, rodeada de sangre. La mujer fue degollada, pero no fue solo eso, sino
que le habían cortado todos sus miembros pre-mortem. No había por qué ser un
experto para saber que había sido un homicidio. En la siguiente manzana, entre
las sombra, destacaba la silueta de un hombre. Llevaba una arma blanca en la mano,
chorreaba sangre. Estaba esperando su próxima víctima.
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