¿Decía la verdad o mentía? Su cara lucía nerviosa, sus labios estaban totalmente rectos, subía y bajaba las cejas sin parar y pestañeaba intensamente. Sus manos estaban quietas, en cambio sus pies no paraban de moverse, incluso seguían un ritmo. Gracias a todos estos gestos supe que había mentido y que era culpable. Finalmente acerté y se acabó la película.
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