El
búho, el conejo y el gato daban los últimos retoques a su plan. El
conejo se acercaría hasta donde el dueño de la casa pudiera verle,
y saldría corriendo mientras este le perseguía. Así, la casa se
quedaría libre y el búho podría entrar por la ventana y abrirle la
puerta al gato. Una vez dentro, comerían y robarían toda la comida
posible. Horas más tarde, quedarían en el gran árbol hueco y se
repartirían el botín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario