De repente el lápiz pinchó
con su afinada punta a la goma para que confesase quién había
borrado las últimas palabras de su padre. La goma intentó acusar al
sacapuntas pero se dio cuenta de que estaba del lado del lapiz, por
lo que culpó al tipp-ex. El
pobre tipp-ex fue torturado hasta que se desangró por completo y no
tuvo mas liquido para reiterar que él no había sido, pero no le
creyeron y murió.
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