Físicamente, la criatura de Frankenstein es muy alta, mide unos dos metros y medio, y tiene un cuerpo lleno de cicatrices y bastante amorfo, porque está creado con restos de cadáveres.
En su interior, el monstruo es una criatura bondadosa al principio, pero luego se va volviendo malo y simplemente se dedica a amargarle la vida a su creador, para que sufra al igual que le pasa a él.
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