La chica salió a paso rápido de aquel piso, llorando con esos ojos melancólicos por alguien que seguramente no merecía la pena. Iba secándose las lágrimas a cada rato, hasta que llegó al parque. Pasó una mirada por todas las personas que había allí, se sentó y dejó que gotas saladas fluyeran libremente por su pálido rostro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario